Artículo del día de Pilar López Bernués: MIGUEL ÁNGEL BLANCO

Hay instantes en la vida que se fijan en la memoria, hasta  el punto de poder recordar claramente qué se estaba haciendo en aquellos momentos aunque queden lejanos, qué emociones se sintieron, qué personas nos rodeaban…

El sábado 12 de julio de 1997, mi marido, mi hijo y yo estábamos comiendo en una cafetería cercana a nuestro domicilio, en uno de esos establecimientos a caballo entre un bar de barrio y un restaurante. Era un almuerzo tardío y nos pilló la sobremesa a las cuatro de la tarde… El televisor estaba puesto. Se detuvo la emisión y apareció un Avance informativo.

Un reloj señalaba las dieciséis horas:

reloj

¡Había concluido el plazo dado por los terroristas para liberar al joven edil de Ermua secuestrado dos días antes!

Por mi parte, recuerdo la ansiedad, la angustia, el dolor con que esperé el resultado del secuestro de Miguel Ángel Blanco, aunque me temía lo peor. Tenía la vista clavada en el televisor, deseando que la amplia movilización ciudadana y la patente repulsa que expresamos millones de personas por aquel hecho deleznable lograran convencer a los terroristas de ETA de que estaban solos y se obrara el milagro… Aquello, lamentablemente, no ocurrió.

Esa desazón la experimenté desde el momento del secuestro; al ver el rostro del padre de Miguel Ángel al llegar a casa y enterarse de lo ocurrido; al pensar en su novia y amigos; en su madre y hermana; en todos los que lo querían y estaban sufriendo… Y en ese joven de solo 28 años, con una vida por delante, con proyectos e ilusiones que una mano criminal decidió que no iba a poder disfrutar.

Dicho lo anterior, sin embargo, me avergüenza ver una vez más cómo el Partido Popular y sus monaguillos de Ciudadanos juegan con el dolor y con las víctimas y cómo aprovechan una postura de la alcaldesa de Madrid, más que razonable, para desprestigiarla e insultarla con una mordacidad y violencia verbal que serían los primeros en denunciar si se intercambiaran los papeles.

No se pueden etiquetar a las personas como de primera o de segunda. Un homenaje a TODAS las víctimas del terrorismo sí tiene sentido, señalar solo a uno y convertirlo en bandera de la lucha contra ETA no lo acabo de entender, aunque a posteriori se coloque esa coletilla que engloba al resto de asesinados de forma genérica. Y no me cuadra al acto, especialmente porque soy capaz de ver la manipulación del PP, ese mismo que, presuntamente, utilizó el nombre de «Miguel Ángel Blanco» para financiarse de forma ilegal.

Y sí, España entera se movilizó, aquella muerte supuso un antes y un después de ETA. Pero entiendo perfectamente que homenajes personales deberían hacerse por todas y cada una de las víctimas, cosa inviable que obligaría a colocar pancartas personalizadas casi todos los días del año, idea que comparto con la alcaldesa Manuela Carmena, por supuesto. El número de ciudadanos asesinados por ETA supera los ochocientos.

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También el atentado de Hipercor (19 de junio de 1987) está en mi memoria. Este mismo año se han cumplido treinta de aquella masacre sin sentido que dejó 21 muertos y 45 heridos, simples ciudadanos de a pié que estaban comprando en un hipermercado un viernes como cualquier otro… Y sí, ha habido alguna que otra cita u homenaje, pero nada parecido a la movilización que estamos viendo al cumplirse veinte años del asesinato de Miguel Ángel Blanco, ni al uso político que se está haciendo del caso, enfrentando a unos diputados con otros y, en definitiva, montando un circo que me avergüenza presenciar.

Recuerdo perfectamente qué estaba haciendo aquel macabro 19 de junio de 1987: Iba con mi marido camino de La Pica d’Estats, la montaña más alta de Catalunya. Habíamos dejado a nuestro hijo de dos años con mis padres y al llegar al hostal en el que pasamos la noche previa a la ascensión, nos enteramos de lo ocurrido durante la cena.

Aquello fue una masacre que todavía me sobrecoge, especialmente el caso de esos padres que perdieron en el atentado a sus dos hijos, de once y nueve años; y a la hermana de la mujer, que se los había llevado a comprar bañadores porque comenzaba el verano…

¿Y Ernest Lluch? Ese fue otro asesinado por los etarras, un catalán muy amigo del pueblo vasco, por cierto, donde pasaba vacaciones o fines de semana, y hasta tenía una vivienda, creo recordar.

… DEP

… DEP

… DEP

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(No voy a transcribir la lista de víctimas porque podría dejarme alguna).

TODOS, TODOS LO MUERTOS POR CAUSA DE LA BARBARIE MERECEN QUE SE LES RECUERDE.

ESA ES MI POSTURA.

DESDE ESTA PÁGINA, Y JUSTO CUANDO HACE VEINTE AÑOS QUE ASESINARON AL JOVEN DE ERMUA, QUIERO EXPRESAR MI EMPATÍA POR TODAS LAS VÍCTIMAS Y SUS ALLEGADOS.

Y CELEBRO QUE EL CRÍMEN CONTRA MIGUEL ÁNGEL BLANCO SUPUSIERA UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA LUCHA CONTRA ETA.

Pero no comparto ni compartiré el aprovechamiento que hace la Derecha de este país de las víctimas, etiquetándolas como de primera o de segunda, usando el dolor de unos y otros en beneficio propio y como arma arrojadiza contra los que no piensan igual, hasta el punto de insultar a la Izquierda con apelativos que todos hemos oído y no voy a repetir.

ME PREGUNTO CUÁL SERÍA LA POSTURA DEL PP SI MIGUEL ÁNGEL BLANCO NO HUBIERA MILITADO EN SU PARTIDO… ¿HABRÍA EN GÉNOVA, 13 UNA FOTO DE TAMAÑO DESCOMUNAL PRESIDIENDO LA FACHADA DE LA SEDE DE HABER SIDO EL EDIL DE ERMUA UN JOVEN COMUNISTA?

¡LO DUDO MUCHO!

La MANIPULACIÓN forma parte del juego político, constituye la base de su esencia. Que se usa con fines electorales es un hecho y, lamentablemente, una práctica que, en mayor o menor medida, practican todos. Pero cuando se utiliza a víctimas y familiares del terrorismo para ganar votos y adecentar la propia imagen, solo puedo sentir ASCO y DESPRECIO por lo mucho que tiene de hipocresía y falsedad.

 

Acerca de plbernues

Escritora y conferenciante de libros-forum.
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